BANNALEC, JEAN-LUC
En el extremo más occidental de la Bretaña, a merced de las fuerzas elementales del océano Atlántico, se encuentra la hermosa, salvaje y verde isla de Ouessant. Justo antes de la celebración del festival de música celta más importante del año, aparece el cadáver de un pobre músico ahogado. Una cruz de cera sobre la almohada de su cama, que remite a un antiguo y oscuro ritual isleño, es un claro indicio de que la muerte no ha podido ser accidental. Dupin debe hacerse cargo del caso por encargo especial del prefecto pero un grupo de mujeres que viven un poco al margen de las normas y que han comprendido la importancia de lo invisible, no se lo ponen fácil al inspector. El descubrimiento de otros dos ahogados y la desaparición de algunos objetos de valor convencen a Dupin de que un asesino está amenazando la paz de la isla.