COLECTIVO ANTI-SEGURIDAD
En el cuento La madriguera de Kafka un topo se construye un búnker fortificado que chequea obsesivamente. Su intención es estar «tan seguro, como pueda estarlo cualquier cosa en este mundo». En el centro hay una celda, el rincón más impenetrable. Pero, ¿puede estar realmente tranquilo? En verdad, aunque el refugio le ofrezca mucha protección, nunca será suficiente porque, ¿acaso podrá librarle de la ansiedad que le genera la inseguridad? Al final, el pobre topo apenas tiene una hora de descanso al día.
No existe una seguridad que pueda construirse «desde abajo», «comunitariamente» o «democráticamente». Creerlo es sucumbir a su lógica totalizadora y a su poder ilusorio. Este manifiesto se ha escrito contra la seguridad, por supuesto, pero también como un llamamiento a abandonar nuestras ilusiones sobre la seguridad. Ello quiere decir, como ya advirtiera Marx, que debemos renunciar a una condición que requiera ilusiones.
Un texto para imaginar la política de otra manera en estos tiempos de oscuridad... un salto de la imaginación política.