Groucho y yo, fundidos en uno solo, produjeron natural, inevitablemente e irremisiblemente un libro que sólo puede ser descrito como bueno, indescriptible. Por lo tanto, también es inevitable, el lector deberá gastar su dinerito para saber a ciencia cierta quiénes y cómo son Groucho y el yo de Groucho. Comprobará que hay la persona y el actor y que, aunque no opuestos, son muy distintos. En tanto el actor dinamita la sociedad y siembra el absurdo la persona no desea más que prosperar y hacerse rico dentro de esa sociedad.
